¿Es mejor utilizar productos con base al agua o con base al disolvente?
La mejor elección, pero respetando el medio ambiente
Los productos con base al disolvente son seguramente menos delicados durante la fase de aplicación y son más fáciles de extender. Además, en algunas especies de madera, contrarrestan la salida de los extractos de la madera, que la marcarían, y evitan que el pelo de la madera se levante y provoque aspereza en la superficie. La característica principal de los productos con base al disolvente sigue siendo, en cualquier caso, la posibilidad de aplicarlos en condiciones de temperatura y humedad menos vinculantes respecto a los productos con base al agua. Pero este tipo de productos está cada vez más sometido a los vínculos relacionados con la emisión de sustancias volátiles, para las que a nivel comunitario se solicita una disminución constante para reducir el impacto medioambiental.
Los productos con base al agua representan actualmente la evolución de la tecnología y, a nivel de calidad, ya no tienen nada que envidiar a los productos con base al disolvente. La resistencia al mal tiempo de algunas resinas es incluso superior y la emisión de sustancias nocivas se reduce al mínimo. Las características que más se aprecian en este tipo de productos son la rapidez de secado, que permite diversos ciclos de elaboración en una misma jornada, y el olor que, al ser muy débil, consigue que sean ideales para un uso en el interior.
Se puede decir que optar por un producto con base al agua es una elección consciente para el medio ambiente. Sin embargo, la elaboración a temperaturas muy elevadas o demasiado bajas, o en condiciones de humedad muy elevadas, es difícil y, por lo tanto, la elección del producto mejor es seguramente la que respeta el medio ambiente, teniendo en cuenta los vínculos de aplicación.